El sonido Nu Metal: el equipo que hacía temblar las paredes de tu cuarto en el 2000
El Nu Metal no era una mezcla de géneros imposible: en el fondo no hacía más que recoger la lógica del rock más pesado y mezclarlo con estilos de corte más urbano. Aunque en esa búsqueda de crear algo nuevo, también tuvo un papel importante apartarse del sonido Marshall, la afinación estándar y del shred. En este post, dedicaremos unas líneas a hablar de las claves de este estilo que, como veremos, es más diverso de lo que parecía en aquel momento.
Año 2000: internet no era el servicio esencial que es ahora. Muchos lo usaban desde cibercafés, otros lo usaban de forma doméstica con su módem — echándose horas para bajarse simples fotos o canciones, y perdiendo la conexión cada vez que alguien de la familia descuelga el teléfono. Napster era el portal más importante donde los adolescentes buscábamos nueva música, sin depender de las decisiones de la televisión o las revistas de quién o qué debía aparecer.

La banda sonora de ese momento era, para los que éramos algo más alternativos, el Nu Metal. El género llevaba el apellido metal por la fuerte distorsión de sus guitarras graves, pero lo cierto es que no compartía muchas más características con el Heavy. A menudo tenía elementos de rap y hip hop y había DJ, usaba sintetizadores o samples. La duración de las canciones y su estructura era más pop y la temática de las letras era mucho más urbana — ya no se hablaba de dragones ni de apocalipsis nucleares.
Venía generalmente de EEUU, y no tenía los mismos valores: el pelo largo fue sustituido por pelo corto y puntiagudoy perillas/piercings, o trenzas rastas, la ropa era deportiva (Adidas generalmente) y el virtuosismo no estaba bien visto: era el fin de los solos de guitarra y los vocalistas con rangos de 3 octavas. Esto ya había ocurrido pocos años antes con el Grunge, que tampoco era amigo de los alardeos técnicos. Comparándolos, el Nu Metal era más pesado, más duro y enérgico, y con un sonido menos desaliñado. Pero al ser géneros casi consecutivos, es fácil encontrar algunas tangencialidades entre ellos.

Los grupos de Nu Metal importantes
Hasta Metallica, uno de los mayores embajadores de los solos de guitarra del heavy, se vieron obligados a sacar un disco sin solos para seguir la corriente, el odiado St. Anger. Las normas de «no tocar solos/no hablar de dragones/bajar la afinación» eran inquebrantables y, sin embargo, los grupos de Nu Metal se las arreglaban para ser muy diferentes entre sí de forma natural.
Limp Bizkit y Linkin Park eran los del rap, aunque los segundos tenían mucha mayor dosis de melodía. Evanescence no tenían tanto rap, pero sí una cantante femenina de estilo y estética gótica que tuvo un gran impacto. Korn iban por su propio carril, con una composición de guitarras innovadora y un Jonathan Davis muy expresivo, en un punto intermedio entre el cantado y el rapeado.
System Of a Down desataron una locura, un frenesí de música rápida y con un cantante alocado e impredecible. Slipknot hicieron la fusión definitiva de riffs de Death Metal con rap y la música extrema. Deftones tenía un enfoque más sobrio y elegante, pero es recordado como uno de los mejores del género. Y como ellos Papa Roach, Staind, Mudvayne y muchos más: lo bueno de este estilo es que cada uno hizo la mezcla que quiso.
Mesa Boogie Rectifiers: los amplis por excelencia del Nu Metal
Si bien el Nu Metal nunca ocupará un lugar de importancia en el árbol genealógico de los estilos musicales — como sí lo haría el blues, para entendernos — sí fue la causa de una pequeña revolución permanente en el equipo de guitarra.
Si lo pensamos detenidamente, desde los 50 y 60, que fueron las épocas clave del desarrollo de los amplificadores, las marcas relevantes siempre fueron las mismas: Marshall, Vox y Fender. Claro que existían muchas más, y Mesa Boogie, por ejemplo, ya estaba ganando puestos en los 70 y 80. Pero hasta el momento, nadie amenazó de forma masiva el éxito de este trío, que sobrevivió bien las épocas del blues, del rock, del soul, del funk, y también del heavy metal.

Pero llegado el año 2000, los astros se alinearon, y todos queríamos un Mesa Boogie Triple Rectifier. El Nu Metal tenía más de la mitad de la culpa de ello: casi todos los mejores grupos lo usaban. Casi todos. Era, sencillamente, el sonido del género. Pero no solo del Nu Metal; también en otros estilos de éxito contemporáneos como el Skate Pop, Post–Grunge los músicos aparecían en sus vídeos claramente acompañados de un Rectifier. Y terminó por ser incluso un ampli profesional para músicos contratados de la época, gracias a su versatilidad, y al hecho de que se veían obligados a incluir esa sonoridad en su arsenal.
Al acabarse el Nu Metal, el éxito del Rectifier no desapareció: todos los emuladores digitales lo imitan, y Mesa sigue vendiéndolos. Es una distorsión con un grano diferente al de Marshall, que seguramente lo pasó un poco mal intentando popularizar su JCM2000 lanzado en 1998, considerando que el primer Rectifier ya llevaba desde 1992 labrándose su buena reputación. De repente, ya no era el rey de la ganancia: el Mesa Boogie Single/Double/Triple Rectifier y el Peavey 5150 (también del 1992) le obligaron a compartir el título.
Las guitarras del Nu Metal
Ya hemos dicho antes que uno de los pilares del Nu Metal era no parecerse a la generación anterior de rockeros, por lo que Gibson y Fender fueron prácticamente eliminados de la ecuación. Esas guitarras evocaban una época que ahora ya parecía tener hasta telarañas. Si bien en los amplificadores el consenso era casi total a favor del Rectifier, en las guitarras pasaba algo parecido con Ibanez, aunque tal vez no de forma tan exagerada.

Munky y Head de Korn, los primeros embajadores realmente famososdel metal de 7 cuerdas, tenían sus propias Ibanez signature — hasta con su propio puente Floyd Rose con una barra transversal para usarlo sin palanca —. Es casi imposible pensar en System Of a Down sin su Ibanez Iceman. ¿Wes Borland de Limp Bizkit? Ibanez. ¿Mick Thomson de Slipknot? Llegó a tener una signature de Ibanez. Linkin Park eran de PRS, otra opción común de la época.

Con los años, muchos de esos guitarristas han ido pasando por contratos con otras marcas que, atraídos por su popularidad, les han ido proponiendo acuerdos más jugosos. Pero el generó se fundó con el tándem Ibanez + Mesa Boogie Rectifier.
Los efectos: no imprescindibles pero sí importantes
A finales de los 80 y principios de los 90, algunos artistas como Tom Morello, Dimebag Darrell o Steve Vai comenzaron a hacer popular un efecto totalmente nuevo, que aprovechaba las novedosas capacidades de los chips digitales modernos: hablamos del Digitech Whammy, un pedal octavador que aportó texturas nunca oídas antes. El Nu Metal consideró este efecto lo bastante nuevo como para adoptarlo, y además, usado de la forma adecuada, encajaba perfectamente con el sonido «roto» que deliberadamente se buscaba a menudo en el género. Escucha la guitarra de la izquierda en «Freak on a leash» para hacerte a la idea.
Hay que decir que, más veces que menos, los sonidos limpios y semilimpios del Nu Metal — generalmente usados para estrofas — acostumbraban a tener algún efecto característico. Esto, combinado con un enfoque muy minimalista de los arreglos — tenía la misión de aportar más textura que melodía, dejando protagonismo la voz. Y a diferencia de la costumbre del rock tradicional, en que hay dos o tres sonidos base para el guitarrista, había cierta tendencia a no usar exactamente los mismos de un tema a otro, acercándose más a la filosofía del DJ/Sampler, en que rara vez se repite una misma muestra.
Para alcanzar esta variedad, es válido el uso de casi cualquier categoría de efectos, pero con frecuencia solían recaer en el delay (Ejemplo: la intro de de «Take a look around» de Limp Bizkit), modulaciones como el flanger o phaser («Blind» o la guitarra derecha de «Freak on a Leash» de Korn, en que usa un Small Stone de EHX). La idea es crear una identidad propia para cada tema, ya que los estribillo acostumbran a ser bastante similares en cuanto a sonido: Mesa Boogie con la distorsión activada.
Sin embargo, otros optaban más por uno o dos sonidos básicos: Slipknot usan algunos efectos aislados, pero es posible tocar bastantes temas de arriba a abajo con un único sonido de distorsión principal. O System Of a Down, por ejemplo, no eran tan efectistas: ellos mismos lo resuelven todo en directo con un limpio libre de efectos — un chorus suave como el de «Aerials» a lo sumo — y una distorsión.
Conclusión
Como habrás notado, una vez cumplas el requisito de la afinación grave y el Mesa Boogie ( o el emulador correspondiente), lo demás ya depende de ti para sonar a Nu Metal. Esto lo decimos porque van a ser más tus elecciones en lo estético lo que te acerquen o alejen del género.
Aunque culturalmente el Nu Metal no ha dejado una estela muy marcada, sí lo ha hecho musicalmente en el rock duro. Después del Nu Metal, los grupos en afinaciones graves son mayoría, y la estética y temáticas del mismo han cambiado para siempre, y la tolerancia del público general a sonidos vocales como el gutural también se ha ampliado.
Y en lo que suele ser nuestro tema de conversación habitual, el equipo, sin duda dejó al Rectifier en el lugar que ocupa hoy: el de uno de los 5 amplis necesarios para explicar la historia del sonido de la guitarra eléctrica.
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