La historia de Korg Synthesizers: gigantes japoneses
Siempre a su aire y siempre única, repasamos la historia de Korg Synthesizers, la compañía rebelde de «The Big Three» (los tres grandes fabricantes japoneses de sintetizadores).
En este artículo
En comparación con Roland y Yamaha, Korg siempre ha hecho las cosas de una manera un poco diferente. Fundada en 1962 por Tsutomu Kato, que era propietario de un club nocturno, con la intención de fabricar cajas de ritmos, Korg siempre se ha mantenido un poco al margen del resto de fabricantes. Cuando le pregunté sobre este tema al diseñador de sintetizadores de Korg, Tatsuya Takahashi, me dijo que, a diferencia de los otros de los tres grandes fabricantes japoneses de instrumentos musicales, Roland y Yamaha, Korg siempre ha sido una empresa privada, por lo que siempre ha podido tomar la decisiones que han querido sin preocuparse por inversores o por modas.
MiniKorg 700: los primeros sintetizadores de Korg
La historia del primer sintetizador analógico de Korg arranca en 1967, cuando el joven ingeniero Fumio Mieda (y futuro inventor de la Uni-Vibe) llegó a Kato con la idea de construir un órgano programable. A Kato le gustó la idea, así que Mieda se puso a trabajar en Prototype No. 1, un prototipo de un órgano que también incluía una sección de sintetizador un tanto diferente a lo que se solía ver. Es más, en mucho sentidos, este podría considerarse el primer sintetizador diseñado en Japón.


Lanzado en 1973, el MiniKorg 700 era un instrumento curioso. Al igual que otros sintetizadores lanzados en Japón por aquel entonces, fue diseñado para ponerlo encima de un órgano. Sin embargo, no era un instrumento basado en ajustes fijos, sino un sintetizador monofónico editable de un oscilador con filtro y una sección de envolvente básica. Eso sí, no esperes controles modernos ni familiares. El tema de los sintetizadores estaban empezando, y todos seguían su propio camino por mera intuición. Tal vez el elemento más sorprendente (e interesante) fuese el Traveler, que era una combinación de filtro paso-bajo y paso-alto integrado en un solo control deslizante en posición horizontal. Además, aquel sintetizador sonaba muy bien, con un tono muy cálido y musical.

700S y 800DV: de Mini a Maxi
En 1974, Korg lanzó una actualización al 700. La llamaron 700S, y agregaron una segunda sección de oscilador, generador de ruido, modulación para el filtro, un control de sustain para la envolvente y un circuito de modulación de anillo. E incluso lo relanzaron en una versión Mini.

¿Y qué puede ser mejor que un 700S? Pues la respuesta más obvia es «dos 700S». En 1975, Korg cogió dos 700S, los metió en la misma caja y lo llamó Maxi-Korg 800DV, que resultó ser un potente sintetizador duofónico capaz de reproducir dos sonidos diferentes al mismo tiempo.

Serie PS: poder polifónico
El final de la década de 1970 fue una época mágica para los sintetizadores y más concretamente para la historia de Korg. Por aquel entonces, todos los fabricantes trataban de diseñar un sintetizador analógico polifónico para satisfacer a los músicos a los que no les llegaba con un monofónico. La apuesta de Korg al desafío polifónico llegó en 1977 con dos absolutos monstruos de la síntesis: el PS-3100 y el PS-3300, que sin duda contribuyeron enormemente a la historia de los sintetizadores Korg.
Al igual que el Polymoog de Moog, el PS-3100 hacía uso de la tecnología de división para distribuir sus 12 osciladores a través de 48 teclas. Y además, la compañía añadió un filtro, una envolvente y una sección de Amp independientes para cada una de las 48 voces. Y si eso te parece poco, desde Korg también decidieron equipar el 3100 con una sección de emsemble, resonadores y puntos de patcheo, lo que lo convertía en un sintetizador semimodular.

Y como parecía que ya se habían vuelto locos, ¿por qué no forzar las cosas un poco más? Y de esa idea nació el PS-3300. Que en esencia eran tres PS-3100s en un solo chasis, que ofrecía tres de todo para cada una de las 48 teclas del teclado, además de una sección global con diferentes herramientas de diseño sonoro adicionales. Era increíblemente caro y fantásticamente raro, y de algún modo, podría decirse que el PS-3300 era «un sintetizador para gobernarlos a todos».

Al año siguiente, Korg lanzó el último de la serie PS, el PS-3200. Añadió algunos botones para las memorias de ajustes, pero eliminó los resonadores a cambio de añadir un ecualizador gráfico, entre otros pequeños cambios.
Korg relanzó el PS-3300 el año pasado, que sigue siendo fabuloso y, sobre todo, muy caro.
MS-20: el sinte punky
Y si la serie de PS era enorme y excesiva, lo siguiente de Korg iría en otra dirección. La línea de instrumentos MS, que incluía el MS-10 de un solo VCO, el MS-20 con VCO dual y el expansor MS-50, debutó en 1978. Con su sonido decididamente crudo y, en el caso del MS-10 y algunos MS-20, su agresivo filtro (Korg cambió el filtro en versiones posteriores), eran instrumentos ideales para los músicos de géneros más intensos.

El MS-20 era el miembro principal de la familia con sus dos osciladores, modulación de anillo, filtros paso-alto y paso-bajo resonantes y una generosa sección de puertos de patcheo. Curiosamente, también montaba un circuito de triggering por CV, que permitía a los usuarios «tocar» el sintetizador con instrumentos externos como una guitarra. Y el detalle de que no siempre funcionase bien solo lo hacía aún más punk.
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Más informaciónMS-10 y MS-50: no menos punky
Como el protagonista de la película, Suburbia, el MS-10 era más pequeño que sus compatriotas, pero no por ello menos punky. Tenía un solo VCO, un filtro Korg-35 heredado del MS-20, varios puntos de patcheo y además algo que el 20 no tenía: modulación del ancho del pulso.
Completando la familia estaba el MS-50, un expansor patcheable destinado a usarse con otros instrumentos MS, o incluso sintetizadores de otros fabricantes.
PolySix y Mono/Poly: Korg alcanza su punto dulce
Gracias al desarrollo de la tecnología de circuitos integrados y a que permitían fabrican instrumentos más baratos, a principios de la década de 1980 los sintetizadores analógicos polifónicos abundaban y eran relativamente asequibles. Y en lugar de tratar de competir con el Roland Jupiter-8 o el Prophet-5, Korg apostó por el otro lado del mercado, iniciando así todo un nuevo capítulo en la historia de la empresa. El resultado fue el PolySix de 1981, el primer polifónico que se pudo comprar por menos de 2000 dólares en los EE. UU., y por menos de 1000 libras en el Reino Unido. El sintetizador ofrecía seis voces de polifonía, por cortesía de unos VCOs muy cálidos, y también presets y una sección de efectos que ayudaba a darle consistencia al sonido final, sobre todo a los sonidos de cuerda sintética.

Por su parte el Mono/Poly, lanzado a la vez que el PolySix, cogió el concepto de un sintetizador monofónico y lo cuadruplicó. Con cuatro secciones de VCO que desembocaban en un solo filtro, una sola envolvente y una sola sección de VCA. Esta configuración permitía usarlo en modo monofónico (al unísono) o paradójico, con los sonidos compartiendo el filtro y la envolvente. Su sonido y arquitectura únicas no tardaron en convertirlo en uno de los sintetizadores favoritos del momento.
Korg completó la familia con el Poly-61 en 1982, un polifónico basado en un DCVO, y con el Poly-800, un sintetizador mucho más descarado y portátil que en 1983 también fue bastante rompedor en cuanto al precio.
M1: éxito digital
A pesar de haber tenido buena cifras de ventas con el PolySix y el Poly-800, a mediados de los 80, Korg vivía tiempos difíciles. La tecnología digital marcaba el camino, y más allá de un par de productos interesantes (me viene a la mente el sintetizador híbrido DW-8000), Korg se pasó gran parte de la década poniéndose al día. Es decir, hasta 1988 con el lanzamiento del fantástico M1. Al igual que el D-50 de Roland, que había debutado un año antes, el M1 se basaba en síntesis PCM (basada en muestras) combinada con diversas técnicas de síntesis sustractiva denominadas síntesis IA (o Advanced Integrated). Además, este nuevo sintetizador de Korg supuso el inicio de los workstations integrando también sección rítmica, secuenciado y efectos. Fue un teclado realmente popular y puso a Korg bajo todos los focos.
Wavestation: Dave Smith les echa una mano
Al mismo tiempo que el equipo de ingenieros de Tokio continuaba trabajando en el desarrollo de la síntesis IA, la recién creada sucursal estadounidense de Korg estaba ocupada en otras cosas. Y la persona a la cabeza de aquel equipo no era otra que el mismísimo Dave Smith de Sequential Circuits.
Cuando Sequential quebró, Yamaha compró la compañía y puso a todo el equipo a trabajar para ellos. De ese trabajó nació el SY22 y el TG33 (ambos del año 1990), dos sintetizadores digitales que exploraban con más profundidad la síntesis vectorial que Sequential había desarrollado para el Prophet VS (1986). Después, Kato les encargó revisar ese mismo concepto de síntesis vectorial en un proyecto que acabó dando a luz el Korg Wavestation, un sintetizador basado en un motor de Wave Sequencing, que permitía a los usuarios recambiar muestras PCM en un innovador secuenciador de lo más avanzado.
Triton: el sonido pop del nuevo milenio
Para 1999, los mejores años de Korg ya quedaban algo lejos. Pero justo en ese momento entró en escena el Triton, que era la secuela de la gama Trinity lanzada en 1995. El Triton ofrecía una polifonía de 62 voces, ranuras de expansión, una ampliación MOSS opcional sacada del sintetizador por modelado físico Z1 de 1997, y un arpegiador que integraba un modo de «secuenciador de ondas» (similar al Wave Sequencing del Wavestation). Era un teclado que sonaba realmente bien y podía escucharse en absolutamente todas las canciones de los productores de éxito de aquel momento, como Neptunes, Timbaland y Max Martin.

MS2000 y MicroKorg: la síntesis VA llega a Korg
La síntesis basada en muestras está muy bien, pero gracias al aumento de la popularidad de la música de baile y a esa idea tan milenial de que todo lo viejo debe volver a ser nuevo, si no tenías un sintetizador VA en tu estudio a finales del siglo XX estabas totalmente fuera de la movida. Así que en el año 2000, Korg cogió todo lo que había aprendido diseñando el Prophecy y abandonó por completo la síntesis por modelado físico para centrarse en el MS2000. Un sintetizador VA que prometía satisfacer la nostalgia del mercado, pero que también integraba algunas muestras PCM y y formas de onda de un solo ciclo sacadas del DW-800, además de múltiples modos de filtro, arpegiador, efectos y un vocoder integrado.

Dos años después, Korg recocinó el MS2000 en un formato más compacto, le quitó buena parte del control manual, le puso unos cuantos presets y lanzó el que sería uno de los sintetizadores más populares de la historia: el MicroKorg. Veintiún años después, este chiquitín sigue en producción, lo que lo convierte en toda una leyenda de los sintetizadores Korg. Ni siquiera el MicroKorg 2 ha sido capaz de hacer que dejen de fabricarlo.
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Más informaciónDel MS-20 Mini al ARP Odyssey FS Kit: Korg vuelve a liberar a la bestia
Hoy en día es habitual que los fabricantes relancen nuevas ediciones de instrumentos del pasado, pero Korg fue una de las primeras empresas en hacerlo con su MS-20 Mini del año 2013. Desde entonces, también han lanzado el MS-20 FS (en varios colores), una versión kit DIY del MS-20, y también una reedición del sintetizador que lo inició todo: el miniKorg 700FS.

Y cogiéndonos a todos por sorpresa, Korg también presentó toda una gama de recreaciones de instrumentos ARP con licencia oficial, incluidas versiones del Odyssey t del 2600.
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Más informaciónAnalógico y digital: el show continúa
Korg sigue tratando de hacer aún mejor lo que mejor hace: lanzar al mercado los instrumentos que quiere lanzar. En la actualidad fabrican y comercializan la línea Logue, conformada por el Minilogue y Monologue, que son totalmente analógicos; por los híbridos Prologue y Minilogue XD; y por el totalmente NTSC-1, entre otros productos.









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Más informaciónPor último, también hay que mencionar que Korg ha lanzado versiones virtuales de muchos de sus más importantes sintetizadores. Desde clásicos como el 700 hasta varias joyas más modernas, Korg sigue buscando nuevas formas de sorprender al mercado de la síntesis.
Por supuesto, hay muchos otros instrumentos de Korg de los que nos gustaría haber hablado, como el Prophecy, el Radius, el King Korg o la familia Volca, pero lamentablemente no nos ha dado tiempo. ¿Y tú qué dices? ¿Cuál es tu sintetizador Korg favorito? Háznoslo saber en los comentarios.

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