Equipo clásico: Roland Juno-106
El Roland Juno-106 es un fantástico sinte polifónico analógico con un «sweet spot» muy amplio, pero comprar uno antiguo puede suponer un gran compromiso.
Roland Juno-106
A principios de los años 80, Roland funcionaba a toda máquina. Su Jupiter-8 fue un éxito rotundo y se había convertido en una especie de estándar de estudio. Para atraer a los músicos en general, la empresa japonesa de instrumentos musicales lanzó la línea Juno en 1982. Se trataba de una serie de polifónicos analógicos asequibles, más sencillos que el buque insignia, el Jupiter, pero no menos ricos sonoramente. Su impacto en la música sería enorme, no sólo en aquel momento, sino durante los 40 años siguientes.
Tras el éxito de los Juno-6 y 60 (la diferencia era esencialmente la programabilidad), Roland lanzó el más exitoso de la serie en 1984. Bautizado como Juno-106, sería el sintetizador más vendido de la empresa hasta la llegada del D-50 digital en 1987.
Arquitectura de síntesis de Roland Juno-106
Sobre el papel, el Juno-106 no parece gran cosa. Un único -y muy estable- DCO con ondas cuadradas y diente de sierra apilables se dirige a un filtro resonante de 24 dB/octava y luego a un chorus. Hay una única envolvente, un LFO con nada más que una onda triangular y un filtro de paso alto no resonante (más sobre esto en un minuto). Hay algunas otras golosinas, como un suboscilador de onda cuadrada y una sección de modulación de amplitud, y unas especificaciones MIDI sorprendentemente decentes para 1984, pero en realidad, el 106 de seis voces es la simplicidad en sí misma.
Roland Juno-106
¿Por qué sigue siendo un sintetizador tan solicitado? La respuesta es su sonido. Limpio, musical y con un sweet spot tan amplio que podrías aparcar una flota de camiones dentro de él, el 106 suena increíble en casi cualquier situación, desde el synth-pop a la música de baile. Por algo Vangelis tenía no uno, sino dos de ellos en su equipo de finales de los ochenta. Es así de magnífico.
Alabemos al filtro de paso alto del Roland Juno-106
A pesar de las similitudes con el Juno-6/60 en cuanto a arquitectura, el 106 tiene un sonido claramente diferente. Es más lleno y tiene más presencia de graves. Probablemente por eso gusta tanto a los productores de música dance, mientras que el 6 y el 60 suelen gustar a los grupos indie. Todo ello se debe al circuito de paso alto. Mientras que el 6 y el 60 tienen tres posiciones de deslizador de paso alto, el 106 tiene cuatro. La muesca más baja, marcada como 0, en realidad aplica un pequeño refuerzo de graves en torno a 70 Hz, añadiendo peso al sonido general. Para la señal directa, mueve el deslizador a la posición 1.
Mi Roland Juno-106 Primera Parte: Los años 90
Como productor de música de dance a principios de los 90, me sentí atraído por el Juno-106. Estaba en muchos de los discos de house y techno que me encantaban. Un amigo tenía un Juno-60 y, aunque era precioso (y a menudo me lo prestaba), el 106 era mi orgullo, sobre todo para las líneas de bajo. Era tan fácil marcar sonidos sólidos y utilizables rápidamente.
Ahora viene la parte triste. En 2001, fui víctima de la burbuja puntocom y perdí mi trabajo como periodista en Internet. A medida que el desempleo se alargaba, me vi en la necesidad de dinero en efectivo para el alquiler. Esto, unido a un giro hacia la producción musical in-the-box, me llevó a vender mi querido 106. Sólo espero que su nuevo propietario lo ame tanto como yo.
Mi Roland Juno-106 Segunda parte: Restaurar un clásico
Avancemos 20 años más o menos. A finales de la década de 2010, vivía en Japón y aprovechaba los sintetizadores baratos que se podían conseguir en el país. Como profesor de inglés, desde luego no ganaba mucho dinero, pero si reducía mi búsqueda a las unidades que necesitaban reparación, tenía a mi alcance algunos instrumentos magníficos.
Deslizadores y botones restaurados Roland Juno-106.
Un día, mientras miraba Yahoo Auctions durante mi descanso (en Japón no existe eBay), encontré un 106 que se ajustaba a lo que buscaba. Iba a necesitar mucho trabajo, eso estaba claro, pero si hacía las reparaciones en gran parte yo mismo, creía que merecería la pena. Empecé a pujar y gané. Era el orgulloso propietario de un Roland Juno-106. Otra vez.
La restauración de Juno-106 completada.
En efecto, fue mucho trabajo, tanto que tuve que repartirlo a lo largo de medio año. Había cosas básicas como la sustitución de la pila interna y la limpieza de las teclas. También había una tecla muerta, que resultó ser una traza rota en el circuito impreso del teclado. Los interruptores táctiles situados bajo los botones necesitaban ser sustituidos y también renové la parte superior de los botones. Los deslizadores estaban pegajosos y toscos y hubo que reconstruirlos por completo, lo que llevó años. Lo único que no pude reparar fue la hendidura del panel frontal, donde parece que alguien dejó caer algo pesado sobre él.
Roland Juno-106 y los chips de voz
Por supuesto, también había que ocuparse de los chips de voz. Los seis chips patentados del interior del 106 -uno para cada voz- venían recubiertos de epoxi de fábrica. Con el tiempo, esto se corroe y hace que los chips queden inservibles. Puedes limpiar los chips existentes o conseguir clones de repuesto. Yo opté por enviar mis placas en lugar de intentar limpiarlas yo mismo.
Los chips de voz malos dentro del Juno-106
Ahora, dos décadas después de vender mi original, tengo una 106 que funciona. Sin embargo, aún necesita algún que otro retoque. Por ejemplo, el interruptor de salida cruje y habrá que cambiarlo en algún momento, pero en general suena tan bien como el día que salió de fábrica.
Problemas del Roland Juno-106
El Roland Juno-106 es una máquina preciosa. Sin embargo, también tiene cuatro décadas, y eso significa que es propensa a tener problemas. Todos los sintetizadores antiguos tienen problemas, pero el 106 parece especialmente propenso a ellos. Están los chips de voz que fallan, que he mencionado antes. No se trata de un «si», sino de un «cuándo» acabarán fallando. Es sólo cuestión de tiempo. También se sabe que los chips VCF/VCA fallan, al igual que el circuito de chorus analógico. Además hay problemas conocidos con la fuente de alimentación.
Roland Juno-106
Mi consejo: no compres un 106 a menos que estés preparado para afrontar problemas de mantenimiento. Fallará, y seguirá fallando de diversas formas, mientras seas su propietario. A menos que seas rico, quizá debas ponerte al día en soldadura. En mi opinión, merece la pena. Sólo tienes que saber que estás comprando un agujero en el bolsillo. Un agujero precioso, pero un agujero al fin y al cabo.
Alternativas modernas al Roland Juno-106
Si todo esto te parece demasiado lío, hay un montón de recreaciones modernas del Roland Juno-106 para llenar ese vacío polifónico de tu alma. Roland ofrece varias versiones, como el Juno-X, un sintetizador digital con modelos tanto del 106 como del 60 más un nuevo motor Juno en su interior, así como el módulo de sonido JU-06A Boutique, también con el 106 y el 60.
Behringer aún no ha clonado el 106, pero la empresa ofrece la serie de sintetizadores Deepmind. Empezaron como recreaciones del 106, pero evolucionaron hasta convertirse en algo propio. Merece la pena echarles un vistazo si prefieres lo analógico a lo digital.
Por último, hay muchas versiones de software de la 106 disponibles si quieres quedarte in the box.
Más sobre Roland y los sintetizadores:
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Vídeos:
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